La enfermedad clínica y el diagnóstico
Los signos clínicos más frecuentes de la Leishmaniosis canina son las lesiones cutáneas (dermatosis exfoliativa, alopecia, úlceras, nódulos), la linfadenopatía generalizada, la pérdida de peso, la atrofia muscular, intolerancia al ejercicio, disminución del apetito, letargia, esplenomegalia, poliuria y polidipsia, lesiones oculares, epistaxis, onicogrifosis, cojera, vómitos y diarrea (Solano-Gallego et al, 2011). Estos signos clínicos suelen desarrollarse de forma lenta y progresiva, a veces a lo largo de varios meses o incluso de varios años. Este hecho, junto con el marcado pleomorfismo de los signos clínicos, hace que el diagnóstico de la enfermedad sea muy difícil.
Imágenes: algunos de los síntomas clínicos que presentan los perros que sufren Leishmaniosis
Dada la diversidad clínica de la Leishmaniosis parece conveniente clasificar a los perros infectados en grupos de diferente gravedad. El grupo internacional de expertos en Leishmaniosis, LeishVet, (Solano-Gallego et al, 2011) ha propuesto un sistema de clasificación de los perros infectados por Leishmania infantum muy útil utilidad para el clínico. Este sistema clasifica a los perros infectados en cuatro grupos que van desde la infección leve (estadio I) a la infección muy grave (estadio IV).
El diagnóstico de la Leishmaniosis canina requiere un abordaje integral que incluya una valoración detenida de la historia clínica, un examen físico riguroso y diversos test diagnósticos tales como el hemograma, el perfil bioquímico sérico, el análisis de orina, la relación proteína/creatinina en orina, proteinograma y pruebas de coagulación. Finalmente, las pruebas de detección de infección (serología o PCR) son necesarias para alcanzar un diagnóstico.
El diagnóstico de Leishmaniosis se establece cuando un perro presenta:
(1) un cuadro clínico o unas alteraciones clínico-patológicas compatibles con la enfermedad.
(2) un resultado positivo en los test que detectan infección por Leishmania (serología o PCR). Los títulos medios o más bajos indican infección por Leishmania, sin embargo, no necesariamente apuntan a una enfermedad clínica activa. En cambio, un título elevado de anticuerpos generalmente está asociado al desarrollo de enfermedad clínica y a una alta carga parasitaria tisular (en sangre, médula ósea, piel y bazo, entre otros), y por este motivo se consideran muy concluyentes en el diagnóstico de la Leishmaniosis canina.
La PCR se puede realizar sobre una muestra de DNA extraído de sangre, médula ósea, ganglio linfático o de piel. Diversos estudios muestran que muy probablemente la médula ósea y el ganglio linfático son los tejidos más adecuados para el diagnóstico de la Leishmaniosis canina mediante PCR (Martínez et al, 2011). Las muestras de bazo y de piel también tienen una elevada sensibilidad y especificad pero son mucho más difíciles de obtener. En general se acepta que un resultado positivo en una técnica de PCR indica que el perro está infectado. Es posible sin embargo, que un pequeño porcentaje de estos perros PCR positivo presenten infecciones recientes, no viables o abortivas. Hay que pensar, sin embargo, que el DNA libre en el tejido es degradado rápidamente. Por el contrario, cargas parasitarias elevadas indican claramente infección y sugieren con elevada probabilidad la presencia de enfermedad clínica.
Por tanto, dado que los títulos serológicos elevados están muy asociados a la enfermedad clínica y mucho menos a las infecciones subclínicas, la serología cuantitativa se recomienda como primera prueba diagnóstica de la Leishmaniosis canina. Por el contrario, la detección de Leishmania mediante PCR en una muestra tisular indica únicamente infección, sin que se pueda distinguir si el animal padece infección clínica o no. Por ello la interpretación de los resultados de la PCR debe ser muy cuidadosa en perros sin signos clínicos y debe realizarse siempre valorando el cuadro clínico y otras pruebas diagnósticas. Así, no se recomienda empezar el tratamiento de un perro sin signos clínicos únicamente porque haya resultado positivo en una prueba de PCR.